La prensa los llamó: "La Dama y el vagabundo" – parodiando el gran clásico Disney- y la opinión pública se cebó opinando sobre su historia de amor. Sandrine habÃa sido modelo en su juventud y tiene un gran gusto por el lujo y la moda. Tras la boda, se trasladó a vivir con él, pero se ausentaba con frecuencia a la ciudad, donde se encargaba de dirigir los negocios de Marcel Marcel era un excéntrico millonario, pero no de esos que alardean de su fortuna. Al revés, le gustaba vivir como un ermitaño en una casa sin electricidad en la montaña y, a pesar de tener dinero, le faltaban unos cuantos dientes.
A pesar de las habladurÃas, la pareja contrajo matrimonio en 2011 No pegaban para nada y todos creÃan que él habÃa perdido el juicio Solo un año después de contraer matrimonio, Marcel murió en un accidente de coche en el vehÃculo de un amigo de la pareja Esto no hizo más que reavivar las historias sobre su romance y la conveniencia de su muerte, tildando a Sandrine de viuda negra. No sabemos si Sandrine iba realmente en busca de su dinero, pero ahora sabemos que Marcel no estaba demente. De hecho, era muy listo… Tras la boda Marcel modificó su testamento, legando todos sus bienes y posesiones a familiares y vecinos del pueblo de su prima. Su esposa no sacarÃa ni un euro del reparto. Ni si quiera la casa familiar, los negocios o alguna de las propiedades que Marcel tenÃa, valoradas en cientos de miles de euros. Sorprendida o decepcionada, quien sabe, Sandrine trató de anular el testamento Pero el alto tribunal francés ha determinado que el testamento es auténtico y perfectamente legal. No le corresponde nada.
Todos aquellos que tildaban a Marcel de pobre idiota han tenido que tragarse sus palabras… Y es que quien rÃe el último, rÃe mejor.
La prensa los llamó: "La Dama y el vagabundo" – parodiando el gran clásico Disney- y la opinión pública se cebó opinando sobre su historia de amor. Sandrine habÃa sido modelo en su juventud y tiene un gran gusto por el lujo y la moda. Tras la boda, se trasladó a vivir con él, pero se ausentaba con frecuencia a la ciudad, donde se encargaba de dirigir los negocios de Marcel Marcel era un excéntrico millonario, pero no de esos que alardean de su fortuna. Al revés, le gustaba vivir como un ermitaño en una casa sin electricidad en la montaña y, a pesar de tener dinero, le faltaban unos cuantos dientes.
A pesar de las habladurÃas, la pareja contrajo matrimonio en 2011 No pegaban para nada y todos creÃan que él habÃa perdido el juicio Solo un año después de contraer matrimonio, Marcel murió en un accidente de coche en el vehÃculo de un amigo de la pareja Esto no hizo más que reavivar las historias sobre su romance y la conveniencia de su muerte, tildando a Sandrine de viuda negra. No sabemos si Sandrine iba realmente en busca de su dinero, pero ahora sabemos que Marcel no estaba demente. De hecho, era muy listo… Tras la boda Marcel modificó su testamento, legando todos sus bienes y posesiones a familiares y vecinos del pueblo de su prima. Su esposa no sacarÃa ni un euro del reparto. Ni si quiera la casa familiar, los negocios o alguna de las propiedades que Marcel tenÃa, valoradas en cientos de miles de euros. Sorprendida o decepcionada, quien sabe, Sandrine trató de anular el testamento Pero el alto tribunal francés ha determinado que el testamento es auténtico y perfectamente legal. No le corresponde nada.
Todos aquellos que tildaban a Marcel de pobre idiota han tenido que tragarse sus palabras… Y es que quien rÃe el último, rÃe mejor.